Las entradas para la Misa con el Papa en la Sagrada familia conseguidas por el club resultaron ser buenísimas: mucho mejores de lo que cabía esperar. Estuvimos muy cerca de la nueva Basílica, en la esquina con la calle Marina. Allí había una pantalla gigante, desde donde pudimos seguir toda la ceremonia con todo lujo de detalle. Tuvimos la inmensa suerte de que el Papa llegará y se marchara de la Sagrada Familia por "nuestra calle", con lo que pudimos saludarle dos veces. Pasó a un metro de nosotros y todavía lo vemos sonreír, bendiciéndonos...mientras el Cardenal Martínez Sistach, le iba explicando cosas.
En la calle Marina hubo mucho ambiente. Había estudiantes de la Universidad de Navarra con un megáfono que no pararon de animar y cantar canciones. También oíamos como otro grupo rezaba el rosario por un megáfono. El ambiente era de lo más acogedor Al llegar a nuestra zona, nos encontramos con tres señoras de una edad respetable que se quejaban a los voluntarios de sus entradas. Les decían que ellas a la Monumental no iban ni atadas...
Cómo nos sobraban entradas, les invitamos a entrar con nosotros, que les regalábamos una entrada a cada una por ser tan buenas personas. Así sin más. ¡Cómo disfrutamos haciendo esta buena acción y viendo la cara de asombro de estas señoras! Pensaron que eramos sus Ángeles de la Guarda -así lo dijeron- y durante toda la ceremonia tuvieron muchos detalles con nosotros. A pesar de resistirnos, nos compraron unos cortaditos calientes que nos ayudaron a pasar el frío y nos contaron muchas anécdotas de sus familias. Yo les comenté que esa noche había soñado que me encontraría con tres señoras a las que les tendría que dar una entrada a cada una porque habían sido muy buenas en sus vidas. No os cuento lo que me respondieron....pero os lo podéis imaginar.
Podéis enviar vuestras anécdotas y vuestras fotografías que colgaremos muy gustosos de nuestra web.
August Brossa Torruella
Artículos relacionados:
- Album de fotografías
- Un día inolvidable con el Papa en Barcelona
- Crónica de un día histórico: la visita del Papa Benedicto XVI a Barcelona